lunes, 1 de agosto de 2011

LA VÍCTIMA PERFECTA.


Título original: The resident.
País: USA.
Director: Antti Jokinen.
Reparto: Hillary Swank, Jeffrey Dean Morga, Cristopher Lee.
Género: Intriga.


Juliette, una joven doctora, decide mudarse a un acogedor apartamento en el centro de Nueva York, después de haber descubierto una infidelidad de su pareja. En un principio, todo en el nuevo edificio le parece grato, el piso es amplio y económico y su casero, un hombre atractivo y solitario, la colma de atenciones y amabilidad, hasta tal punto de sentirse atraída por él. Pero pronto comenzará a sentir ruidos nocturnos dentro del apartamento a la vez que la relación con su casero empieza a enfriarse, llegando a sentir que cada vez le cuesta más despertarse por las mañanas...

Con un planteamiento y un desarrollo bastante convencional, se presenta este pequeño y anodino thriller de inquilina acosada y casero inquietante firmada por la Hammer, la clásica productora de películas de terror de serie B, con la siempre efectiva Hillary Swank. Una película que si bien no es gran cosa, tampoco creo que se merezca las malas críticas que está teniendo en general, tanto por parte de la crítica como del público. Estoy de acuerdo en que la temática está ya muy trillada y que no es más que una película de esas que sirven para ser vistas en una tarde de domingo, junto con el café de sobremesa, pero es que pienso que este tipo de historias no dan para más, es decir, al menos la película cumple con lo que promete desde un principio, un entretenimiento ligero con el que huir del calor de una tarde de verano.

La historia está bien hilvanada y su desarrollo va in crescendo a medida que avanza la trama, como suele ser típico en otras películas similares, el principio es pausado, sobrio, sin estridencias, llegando a la también clásica traca final provocando que la película pierda puntos en ese momento del metraje y que la elegancia inicial del argumento de lugar a un clásico y vulgar final exagerado. Lo mejor de la cinta es la interpretación de su protagonista, una sensual Hillary Swank, dando un ligero toque erótico a la historia con su espléndida (y reiteradamente mostrada) figura y su, como siempre, correcto trabajo, aunque sin ser tampoco especialmente destacable. Por el contrario, no puede decirse lo mismo de su antagonista compañero, el actor Jeffrey Dean Morgan, que pese a ser físicamente el doble de nuestro Javier Bardem, su actuación deja bastante que desear, dibujando a ese casero entre tímido y lascivo sin llegar a transmitir ni una pizca de la supuesta oscuridad de su personaje.

Junto a éstos nos encontramos, nada menos, que con el mítico Cristopher Lee, en el muy secundario y desaprovechado personaje del abuelo del protagonista masculino, siendo únicamente un regalo por parte de la Hammer (para la que antaño realizó sus mejores trabajos) a los espectadores fans de sus películas clásicas.

En definitiva, una cinta de lo más previsible pero que cumple con lo prometido. Personalmente, en una cartelera repleta de películas sobre pitufos, pingüinos y personajes de comic con el dichoso "3D" tan de moda últimamente, prefiero un thriller convencional en dos dimensiones para huir del calor estival madrileño. Y estoy segura que pese a la mediocre puntuación recibida, puede llegar a convertirse en una de esas insulsas películas que pasan repetidas veces por televisión tipo "El coleccionista de huesos" o "Lo que la verdad esconde" pero que siempre acabamos viendo en las tardes de domingo porque en el fondo, nos entretienen.

 Ni mejor, ni peor que otras similares. Se deja ver.

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