FRENESÍ

Título original: Frenzy.

País: Reino Unido.

Director: Alfred Hitchcock.

Reparto: Jonh Finch, Barry Foster, Anna Massey, Bárbara Leigh-Hunt, Jean Marsh, Alec McCowen.

Género: Intriga.

A pesar de que sus últimas películas son a todas luces films menores de su filmografía muy por debajo de sus grandes clásicos, ésta es una de las películas de Hitchcock que más me gustan desde siempre y la única que la mayoría salva de esa quema de obras de su última etapa. Será porque volvió a Europa, a su Londres natal, pero es verdad que en ella, Hitchcock desata sus perversiones de forma mucho más relajada que en sus últimas películas americanas, mostrando un humor negrísimo en ocasiones y un erotismo sádico y misógino siendo como un broche de oro a su carrera. Frenesí, fue su penúlima película antes de fallecer en 1980 (la última fue La Trama-1976) rodada en Londres tras considerar los productores americanos que las novedosas aportaciones que quería realizar el director para renovarse,  eran demasiado arriesgadas: desnudos, violaciones más explícitas, en definitiva, más crueldad visual.. y nos trae de nuevo una historia de falso culpable, uno de los temas predilectos de Hitch que de forma sublime ya había llevado a la gran pantalla en multitud de ocasiones anteriores como en Crimen perfecto, Recuerda, Sabotaje o Falso culpable entre otras muchas.

La historia se desarrolla en el Londres de 1971, un travelling magistral del río Támesis, con el puente de Londres y el parlamento al fondo, nos adentra de lleno en la trama, finalizando la escena con un tumulto de mirones ante el descubrimiento de una mujer desnuda flotando en el río... y una corbata enroscada en su cuello. Ya desde su inicio, el tema nos parece muy "british", en seguida nos trae reminiscencias de tétricas historias de asesinos en serie londinenses, de Scotland yard, un poco a lo Sherlock Holmes y a Jack "the ripper". Teniendo, por tanto, el grueso de la trama: Un sádico sexual que asesina mujeres ahorcándolas con sus corbatas, el maestro nos presenta a su antihéroe, su pobre protagonista, Richard Blaney (John Finch) un hombre con problemas con el alcohol y sin trabajo estable, al que el mal humor y un pasado plagado de salidas de tono con su ex mujer Brenda (Bárbara Leigh-Hunt) le convierten en el sospechoso perfecto para la justicia londinense. Debido a las horribles circunstancias en las que, muy a su pesar se ve envuelto, tratará de encontrar ayuda tanto en su amante (Anna Massey) como en un viejo compañero que se dedica a vender fruta en el Covent Garden (Barry Foster).

Frenesí tiene auténticos momentos memorables, mostrando e insinuando a partes iguales. De ahí que sólo nos muestre un asesinato de forma explícita: claustrofóbico, sexualmente morboso y terrorífico, la escena de la víctima agonizada con la lengua fuera y torcida es mítica. En otras ocasiones, solo nos deja intuir sutilmente lo que está sucediendo, como por ejemplo, en la escena en la que el asesino sube a su siguiente víctima a la casa, en ella, Hitchcock sólo nos deja ver cómo la pareja sube la escalera, la mano lentamente ascendiendo por la barandilla, la víctima delante, su asesino detrás y la cámara retrocediendo, mostrando el pasillo oscuro para finalizar con un frontal de la vivienda y el bullicio exterior de la ciudad, de un gentío cotidiano totalmente ajeno al terror que está dándose lugar a escasos metros de ellos...(truco escénico que utilizará más veces durante la película). El humor negro y con toques muy británicos está presente en gran parte de la cinta, la escena del cadáver en el camión de patatas es también antológica, una de las mejores y más recordadas para mí, mezcla de horror y humor macabro. Más ingenuas y con ese toque británico, son las protagonizadas por el jefe de policía y las caras que pone al ver los intragables platos culinarios que su entrañable mujer le prepara cada noche y que él intenta malamente degustar mientras le relata a su esposa los acontecimientos más truculentos del caso.

Violaciones, antihéroes perseguidos por la ley, asesinos enmadrados y misóginos, humor negro, obsesiones y mucho más, son los elementos que encierra esta obra Hitchkoniana, una gran película que ponía punto y final a un legado insuperable.