martes, 13 de agosto de 2013

EROTISMO EN SAIGÓN

(El Amante- Jean Jacques Annaud-1991)

Una de las películas que he visto durante el mes de julio ha sido esta versión de la novela homónima  y semiautobiográfica de la escritora francesa Marguerite Duras. La película narra la relación erótico amorosa que se crea entre una quinceañera francesa y un hombre chino en la Vietnan colonial de los años 20.


Realizada en 1992 por el director francés Jean-Jacques Annaud, fué muy famosa en su estreno debido al alto contenido erótico de la cinta, y la promoción de esas escenas de sexo por parte de su director, que no dudó en manifestar ante la prensa la posibilidad de que las mismas fueran de sexo real. Algo que ensombreció un tanto la calidad de la obra, debido a que su mayor interés del público se centró más en dichas escenas que en trasfondo de una pasional historia de amor y desamor en una sociedad tan cerrada y tradicional como la que muestra la historia, la Vietnan colonial, donde los nativos vivían bajo tradiciones milenarias y únicamente se relacionaban con los blancos en cuestiones comerciales y serviciales.


Es en esa sociedad cerrada donde un chino rico y abocado a un infeliz matrimonio impuesto por su padre (Tony Leung), conoce a una joven blanca adolescente (Jane March) apoyada en la barandilla del transbordador que cruzará el río Mekong y que la conducirá hasta el internado de chicas donde estudiará, tras vivir con su madre y sus dos hermanos, en una horrible casa donde falta el dinero y abunda el opio, los gritos y maltratos. Lleva el cabello recogido en dos trenzas, su mejor y único vestido y un curioso sombrero masculino; inclinada sobre la barandilla del barco, con la indiferencia y el descaro de su ingenua inmadurez. Desde el primer segundo que los ojos del hombre se posan en el diminuto y grácil cuerpo de la joven, éste queda hechizado bajo su embrujo. La desea pero teme amarla, pues sabe que si se enamora de ella estará destinado a la perdición y al sufrimiento, sabedor de que ella, joven, libre y caprichosa, sólo desea y deseará estar con él para, únicamente, saciar su precoz curiosidad sexual, amándole en cuerpo, pero no en alma, amando su dinero, pero no su corazón.


El tono pausado de la película favorece a una historia donde los escasos diálogos son complementados por las miradas y el roce de la piel de los amantes, que se encuentran a escondidas en la oscura habitación que el hombre posee en el centro de la ciudad, para disfrutar de su vida de soltero y a donde lleva a todas las mujeres que desea. Él no tiene oficio, nunca ha trabajado y siente que no sirve para ello. Vive ahogado en una vida ya arreglada por su padre desde su nacimiento. No tiene aspiraciones porque sabe que a nada más puede aspirar. Solo ama y fuma opio. Por eso se enamora de la joven del sombrero, porque ella representa precisamente todo lo que él jamás podrá tener, la libertad, la valentía, la curiosidad.

Narrada por la voz en off de la protagonista cuando esta ya es mayor (en la versión original, es la actriz Jeanne Moreau quién pone la voz), cuenta la historia a base de recuerdos de aquellas vivencias de adolescente que la cambiaron para el resto de su vida, que hicieron que madurara a una velocidad vertiginosa, conociendo el deseo y el desamor a tan temprana edad.


La película es bonita y está bien realizada, además la acompaña una excelente fotografía, muy tenue y envolvente, y las escenas eróticas, aunque abundantes, están realizadas con gusto y no resultan para nada cargantes. Pero la película, por algún motivo, carece de fondo, de calidez, quizás debido a que se echan en falta diálogos con mayor enjundia y el personaje de ella no termina de estar bien dibujado, no se llega a comprender que es lo que de verdad la atrae de ese hombre chino con el que se acuesta cada día.

Decir que a la escritora Marguerite Duras, no le agradó demasiado esta versión cinematográfica de su novela porque consideró que su protagonista nada tenía que ver con la joven que se muestra en pantalla, donde es perfilada prácticamente como una prostituta, sin profundizar de verdad en la complejidad de los sentimientos que ella había plasmado en su obra, el nacimiento en la joven de sentimientos contradictorios, placenteros y a la vez angustiosos.


El final, me pareció algo conmovedor aunque previsible, y en general la película se deja ver con gusto. Aunque siempre tienes la sensación de que estás ante un producto algo vacío, sin vida, bonito en la forma, pero sin vida. Y eso en una historia tan pasional, resta bastante puntos.

(Interesante Making Off de la película)


"¿Sabes? Siempre recordarás esta habitación, para el resto de tus días, aunque ya no recuerdes mi rostro ni mi nombre"

2 comentarios:

Teo Calderón dijo...

Básicamente, creo que estamos de acuerdo con las virtudes (pocas) y las insuficiencias de "EL AMANTE".
Estilizada y preciosista, lujosamente ambientada, la cinta de Jean-Jacques Annaud (arriesgada elección la suya enfrentarse a una difícil adaptación del sugerente y poético libro de Marguerite Duras) se queda, como era previsible, en las posibilidades puramente estéticas que le ofrecía el texto (aclaremos que Annaud y su guionista utilizaron para su adaptación la versión que la Duras escribió después con el título de "El amante de la China del Norte"). En fin, un producto de refinada factura, pero frío pese a las apariencias. Jane March, eso sí, todo un descubrimiento.
Un saludo.

CAROL LEDOUX dijo...

Muy buenas Teo, ante todo muchas gracias por pasarte por aquí y escribir tu comentario. He estado leyendo tu blog y me ha gustado mucho.
Coincido contigo en lo que has dicho, aunque no sabía lo de la otra versión de Duras.
Has visto el vídeo del making off? ahí se ve como descubrió a Jane March, una actriz que luego ha estado muy desaprovechada, vamos que yo sepa, poco más hizo después de esta película.

Un saludo!