Título original: El habitante incierto.
País: España.
Director: Guillem Morales.
Reparto: Andoni Gracia, Mónica López.
Género: Terror psicológico.
Con ecos del cine de Polanski y Lynch, realizó el director Guillem Morales su ópera prima "El habitante incierto",una extraña película dividida en dos partes donde se mezcla el terror psicológico, con el thriller y el drama cotidiano, dando lugar a una obra refrescante y cuanto menos original dentro de nuestro cine actual.
La película narra la historia de Félix (Andoni Gracia) un joven y hermético arquitecto que vive en una enorme casa de 500 m2 y que es un fanático del silencio y del orden. Félix hace meses que rompió con su novia Vera (Mónica lópez) aunque ésta aún mantiene parte de sus pertenencias en la casa y eso hace que en cierta manera, aún se sienta vinculado a ella. Una noche, un hombre llama a su puerta preguntándole si puede utilizar su teléfono, puesto que la cabina que está situada enfrente de la casa parece no funcionar; Félix le hace pasar y mientras deja al misterioso hombre en el recibidor donde supuestamente va a realizar la llamada, él marcha a la cocina de la casa para dejarle intimidad. Cuando se dispone a acompañarlo a la puerta ve que el hombre ha desaparecido misteriosamente y se percata de que no le ha oído hablar por teléfono ni tampoco marcharse. A partir de ese momento empezará a obsesionarse con cada uno de los ruidos que oye en su casa, creyendo que en realidad el misterioso hombre sigue allí, escondido en las diferentes estancias de la vivienda, acechándole. Sus miedos se apoderarán de su capacidad de raciocinio, por lo que pedirá ayuda a su ex novia, quién a pesar de intentar ayudarle y querer reconciliarse con él, será espectadora de la obsesión enfermiza de la que es presa su ex pareja, hasta temer por su propia integridad. Félix, tratando por todos los medios de saber quién es el habitante misterioso que cree que mora en su misma vivienda, llegará a ocupar una de las casas vecinas donde vive sola una inválida mujer, Claudia (Mónica Vera), cuyo marido (llamado Martín) ha desaparecido misteriosamente,y acabará viviendo a escondidas, precisamente como ese misterioso e incierto inquilino que le tiene aterrorizado.
"El habitante incierto" recuerda vagamente, a "El quimérico inquilino" de Roman Polanski tanto por la opresiva atmósfera que se desarrolla casi exclusivamente dentro de dos casas similares (la del protagonista y la de la vecina) como por el derrumbamiento mental y emocional de ambos protagonistas y el no saber qué es cierto o qué forma parte de la mente perturbada de ambos. También recuerda a un cuento de fantasía y terror de Julio Cortázar "La casa tomada" donde los protagonistas se ven obligados a abandonar su propia casa ante la presencia de "algo", una especie de ente, que se va apoderando de cada una de sus estancias hasta obligarles a marcharse definitivamente.
En mi opinión, la película pretende ser una especie de alegoría o metáfora sobre el miedo del ser humano a la soledad, ya que el protagonista empieza a obsesionarse con la idea de que otra persona habita en su casa, en el momento que es abandonado por su ex novia, y no deja de ser sorprendente que el motivo que ésta alega para abandonarle sea, precisamente, el hecho de que él estuviera demasiado enfrascado en su trabajo y no pareciera percatarse de su presencia, como ella misma dice al principio de la película: "necesito vivir en un lugar más pequeño, esta casa es demasiado grande, alguien se podría perder aquí y no sería visto en días...". Como si el hecho de solo saber que alguien vive junto a nosotros nos pueda llegar a tranquilizar o por el contrario a aterrorizar. Representa, a su vez, esos miedos arraigados en el subconsciente colectivo sobre la angustia de imaginar que alguien podría invadir nuestra privacidad, nuestros más íntimos secretos, teniendo constancia de cómo somos en realidad.
En cuanto a la realización de la misma, aunque sin duda muestra un interesante planteamiento, su desarrollo es francamente irregular. En la primera hora de la película, sin duda la mejor, la tensión y el misterio son los auténticos protagonistas, viendo como ese miedo infantil de Félix va transformándose en una auténtica obsesión, sin saber en ningún momento si estamos ante un miedo basado en algo verdaderamente real o enteramente imaginario. En la segunda hora, ya ese misterio y esa tensión se tornan en una historia mucho más extraña si cabe, pero con unas dosis más altas de drama, vouyerismo o incluso comedia (resultando, en ciertas ocasiones hasta ridículo). Llegando hasta un enigmático y sorprendente final, que aunque intenta atar todos y cada uno de los cabos, deja un gran espacio a la imaginación y subjetividad del espectador, no en vano, resulta ser una de esas películas en las que es obligatorio un segundo visionado.
El conjunto, por tanto, lejos de ser brillante, va descendiendo en intensidad, remontando de nuevo hacia los últimos diez minutos de la trama. resultando aún así una valiente y original propuesta, realizada con escasísimos medios y actores casi desconocidos, una ópera prima muy decente y merecedora de todo respeto del catalán Guillem Morales quién además, intenta introducir elementos muy "sui generis" en los dos largometrajes que hasta ahora ha dirigido, ésta y "Los ojos de Julia" protagonizada por Belén Rueda (2010). En ambas películas, Morales, desdobla a su actriz principal en dos personajes diferentes: En "El habitante incierto" la actriz Mónica López intrerpreta tanto a la ex novia del protagonista como a la vecina minusválida de la casa vecina, otorgando mayor incertidumbre a la trama, suponiendo que el protagonista decide habitar la casa vecina precisamente al sentirse atraído por su dueña de gran parecido físico con su ex novia. Por otro lado, en "Los ojos de Julia" Belén Rueda encarna tanto a la protagonista como a la hermana de la misma. Un elemento que parece ya ser "marca de la casa" de su director, influenciado quizás por el "Vértigo" de Alfred Hichtcock y el doble papel que interpretaba Kim Novak. Otro de sus peculiaridades más significativas en sus dos películas como director es el hecho de dividir la trama en dos partes bien diferenciadas, siendo éste un signo de valentía a la hora de filmar pero que en ambas da como resultado ese conjunto irregular al que me refería anteriormente.
En definitiva, una película original, que en momentos llega a aterrorizar, que plantea muchas más cuestiones de lo que en principio se pueda observar.
"El habitante incierto" recuerda vagamente, a "El quimérico inquilino" de Roman Polanski tanto por la opresiva atmósfera que se desarrolla casi exclusivamente dentro de dos casas similares (la del protagonista y la de la vecina) como por el derrumbamiento mental y emocional de ambos protagonistas y el no saber qué es cierto o qué forma parte de la mente perturbada de ambos. También recuerda a un cuento de fantasía y terror de Julio Cortázar "La casa tomada" donde los protagonistas se ven obligados a abandonar su propia casa ante la presencia de "algo", una especie de ente, que se va apoderando de cada una de sus estancias hasta obligarles a marcharse definitivamente.
En mi opinión, la película pretende ser una especie de alegoría o metáfora sobre el miedo del ser humano a la soledad, ya que el protagonista empieza a obsesionarse con la idea de que otra persona habita en su casa, en el momento que es abandonado por su ex novia, y no deja de ser sorprendente que el motivo que ésta alega para abandonarle sea, precisamente, el hecho de que él estuviera demasiado enfrascado en su trabajo y no pareciera percatarse de su presencia, como ella misma dice al principio de la película: "necesito vivir en un lugar más pequeño, esta casa es demasiado grande, alguien se podría perder aquí y no sería visto en días...". Como si el hecho de solo saber que alguien vive junto a nosotros nos pueda llegar a tranquilizar o por el contrario a aterrorizar. Representa, a su vez, esos miedos arraigados en el subconsciente colectivo sobre la angustia de imaginar que alguien podría invadir nuestra privacidad, nuestros más íntimos secretos, teniendo constancia de cómo somos en realidad.
En cuanto a la realización de la misma, aunque sin duda muestra un interesante planteamiento, su desarrollo es francamente irregular. En la primera hora de la película, sin duda la mejor, la tensión y el misterio son los auténticos protagonistas, viendo como ese miedo infantil de Félix va transformándose en una auténtica obsesión, sin saber en ningún momento si estamos ante un miedo basado en algo verdaderamente real o enteramente imaginario. En la segunda hora, ya ese misterio y esa tensión se tornan en una historia mucho más extraña si cabe, pero con unas dosis más altas de drama, vouyerismo o incluso comedia (resultando, en ciertas ocasiones hasta ridículo). Llegando hasta un enigmático y sorprendente final, que aunque intenta atar todos y cada uno de los cabos, deja un gran espacio a la imaginación y subjetividad del espectador, no en vano, resulta ser una de esas películas en las que es obligatorio un segundo visionado.
El conjunto, por tanto, lejos de ser brillante, va descendiendo en intensidad, remontando de nuevo hacia los últimos diez minutos de la trama. resultando aún así una valiente y original propuesta, realizada con escasísimos medios y actores casi desconocidos, una ópera prima muy decente y merecedora de todo respeto del catalán Guillem Morales quién además, intenta introducir elementos muy "sui generis" en los dos largometrajes que hasta ahora ha dirigido, ésta y "Los ojos de Julia" protagonizada por Belén Rueda (2010). En ambas películas, Morales, desdobla a su actriz principal en dos personajes diferentes: En "El habitante incierto" la actriz Mónica López intrerpreta tanto a la ex novia del protagonista como a la vecina minusválida de la casa vecina, otorgando mayor incertidumbre a la trama, suponiendo que el protagonista decide habitar la casa vecina precisamente al sentirse atraído por su dueña de gran parecido físico con su ex novia. Por otro lado, en "Los ojos de Julia" Belén Rueda encarna tanto a la protagonista como a la hermana de la misma. Un elemento que parece ya ser "marca de la casa" de su director, influenciado quizás por el "Vértigo" de Alfred Hichtcock y el doble papel que interpretaba Kim Novak. Otro de sus peculiaridades más significativas en sus dos películas como director es el hecho de dividir la trama en dos partes bien diferenciadas, siendo éste un signo de valentía a la hora de filmar pero que en ambas da como resultado ese conjunto irregular al que me refería anteriormente.
En definitiva, una película original, que en momentos llega a aterrorizar, que plantea muchas más cuestiones de lo que en principio se pueda observar.
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